La monita peladita
La primera vez que miramos a Cinder nos produce un escalofrío. Su aspecto es el de una mona vieja y sabia, un animal demasiado humano como para estar mirándonos desde el otro la de la jaula. Cinder perdió todo el pelo cuando tenía siete meses de edad, primero en las extremidades inferiores, después de todo el cuerpo. Los veterinarios realizaron múltiples pruebas hasta comprobar que se trataba de un caso de alopecia areata, una enfermedad que también afecta a los humanos.
La alopecia areata es una enfermedad autoimmune de la piel que provoca la caída total o parcial del pelo del cuerpo. Actualmente la enfermedad afecta a un 1,7 por ciento de la población humana; solo en los Estados Unidos hay 4,7 millones de personas afectadas. Cuando se trata de una pérdida total del pelo, como en el caso de Cinder, pasa a denominarse alopecia universalis.
Curiosamente, después de todos estos años esta ausencia de pelo no ha afectado lo más mínimo a Cinder en sus relaciones sociales; el resto de monos la ha tratado siempre como una más a pesar de sus diferencias. Durante años ha jugado, peleado y convivido con los demás como uno más del grupo. Algo que con toda seguridad no habría sucedido en una comunidad humana.
La alopecia areata es una enfermedad autoimmune de la piel que provoca la caída total o parcial del pelo del cuerpo. Actualmente la enfermedad afecta a un 1,7 por ciento de la población humana; solo en los Estados Unidos hay 4,7 millones de personas afectadas. Cuando se trata de una pérdida total del pelo, como en el caso de Cinder, pasa a denominarse alopecia universalis.
Curiosamente, después de todos estos años esta ausencia de pelo no ha afectado lo más mínimo a Cinder en sus relaciones sociales; el resto de monos la ha tratado siempre como una más a pesar de sus diferencias. Durante años ha jugado, peleado y convivido con los demás como uno más del grupo. Algo que con toda seguridad no habría sucedido en una comunidad humana.